Instituciones y organizaciones sociales del distrito de San Juan de Lurigancho (SJL) participaron en la feria de servicios “Los Derechos no tienen fronteras”, iniciativa realizada el sábado 29, con la finalidad de promover la integración de familias peruanas y venezolanas, y sensibilizar sobre la importancia de garantizar los derechos fundamentales de niñas, niños y adolescentes (NNA), sin distinción de origen o situación migratoria.
La actividad fue organizada por el Centro de Estudios Sociales y Publicaciones (CESIP) en coordinación con el Comité Multisectorial de los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (COMUDENNA) de San Juan de Lurigancho, conformado por la DEMUNA, el Centro de Emergencia Mujer del Programa Nacional Warmi Ñan, el INABIF, el Centro de Salud Mental Comunitario de Mangomarca, el Hospital de SJL, Manuela Ramos, entre otras entidades.
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Durante la jornada se ofrecieron actividades lúdicas, presentaciones teatrales, tamizajes de salud mental y consejería para adolescentes, además de información sobre servicios de protección y educación. La feria también sensibilizó sobre los desafíos que enfrentan los NNA en situación de movilidad humana internacional, especialmente en zonas como Mangomarca, donde persisten barreras para su acceso a la escuela.
Falta de vacantes y trabajo infantil
Pilar Huamán Rivas, responsable del proyecto “Más educación y menos trabajo infantil para niñas, niños y adolescentes en movilidad humana internacional” del CESIP, señaló que el derecho más vulnerado es el acceso a la educación. “Hay niñas, niños y adolescentes –en mayor cantidad de origen venezolano- que llevan 2 o 3 años sin estudiar porque las escuelas no tienen vacantes. Algunos colegios no cuentan con cupos ni siquiera para estudiantes peruanos”, afirmó.
Otra barrera es el trabajo infantil. Un estudio del CESIP (2024) reveló que el 50% de NNA en movilidad humana internacional, que trabajan en las calles no asisten a la escuela. También se identificó que quienes estudian y trabajan presentan dificultades académicas y riesgo de deserción escolar.
“Tengo alumnos que también trabajan y eso preocupa bastante, se les nota distraídos” refiere la profesora Sarita Cristóbal de la IE 122 Andrés Avelino Cáceres, quien añadió que algunos de sus alumnos presentan dificultades en los estudios porque han perdido 1 o 2 años para encontrar una vacante.
Ante esta situación, CESIP desarrolla sesiones de refuerzo escolar, talleres formativos de habilidades sociales, capacitaciones con docentes del IE 122 Andrés Avelino Cáceres y actividades con padres y madres de familia venezolanas y peruanas, en Mangomarca.

Historias que cruzan fronteras
Orianna (13 años), cuenta que cuando llegó a Mangomarca a los 6 años, le fue difícil hacer amistades, le costaba comunicarse, pero con la ayuda de su profesora pudo vencer su timidez y que lo que más le gusta de los talleres del CESIP son las jornadas de los sábados, cuando hacen manualidades, dibujos y pintura. Un gusto que también es compartido por Andrea (9 años), una niña peruana a quien le encanta también los talleres de pintura.
Diego (12 años) llegó de Venezuela a Mangomarca a los 5 años, sentía nervios y temor de no ser aceptado. Poco a poco se fue acostumbrando a su nuevo barrio y a tener amigos. Mientras que José Ignacio (16 años) hizo fácilmente amigos, hoy cursa el tercer año de secundaria y trabaja desde los 13 años de manera ocasional. Ha sido ayudante de carpintería, ha vendido jugos en el mercado y a veces lo llaman para trabajar de mozo. En sus tiempos libres, ambos participan en las actividades deportivas y talleres de arte que brinda el CESIP.
Empatía y convivencia para enfrentar la discriminación
Lo que más le gustó a Madeleine al llegar a la feria, fue escuchar cantar el himno peruano y venezolano. “Se me hizo un nudo en la garganta. Fue algo lindo. Fue un detalle que nos hizo felices”. Ella llegó de su natal Venezuela hace 8 años, con su hijo en brazos. Hoy él tiene 9 años, y no le ha sido fácil hacer amigos.
“Lamentablemente los niños escuchan de sus padres hablar mal de los venezolanos. Indistintamente de las nacionalidades somos ciudadanos. No deberían existir esas diferencias” exclama Madeleine. Es por ello que participar en los talleres del CESIP junto a otras familias peruanas, le parece muy positivo, porque se habla de valores, de la importancia de la empatía.
Desde la DEMUNA de SJL, Jheyson Chambi, integrante del área de psicología, informa que se atienden casos recurrentes de discriminación y bullying en colegios, por lo que se realizan charlas a estudiantes y familias para reforzar el derecho a la igualdad y la protección sin distinción de nacionalidad.

